jueves, 16 de octubre de 2014

Oro parece... pero solo parece

(fuente www.cosasdivertidas.net)
Estas semanas he estado inmersa en la lectura del currículum de la etapa de Primaria para la comunidad de Canarias y puede que esté sufriendo un ligero síndrome de Estocolmo. Puede que haya estando viendo lo que me parezca una cosa cuando, si me fijo bien, tal vez no sea así.

Me parece un gran avance sentarse y reducir la carga del currículum pues, como ya he dicho en otras ocasiones, España es uno de los países de la UE que más contenidos curriculares posee. Y, en la realidad, nunca existe el suficiente tiempo para darlo todo sin caer en el currículum turístico, ese que pasamos por encima y casi de puntillas.

Me parece un acierto determinar los estándares evaluables por niveles y no por ciclos, ya que de esa forma concretamos aún más los parámetros a los que hay que llegar sí o sí. Menos interpretaciones y más concreción.

Me parece un acierto que de una vez por todas nos centremos en el menor como eje activo de su aprendizaje, en donde él sea el protagonista y no el profesor, o el libro de la editorial menglanita o ciclanita. Parece que al quitar lo superfluo, volvemos a lo esencial, que la escuela sea un lugar de experimentación y vivenciación... y no en una fábrica de clones, de una tortura.

Puede que esté sufriendo un síndrome de Estocolmo en toda regla pues si damos otro paso más, nadie  sabe cómo, ni cuándo, ni con qué medios, ni con qué exigencias, ni con qué fin se hace todo esto pues una cosa es lo que se dice y otra muy distinta, lo que es.

Supongo que todo es como siempre, uno lee, hace el esfuerzo de comprender, vive, trabajar y en el día a día se irá dando cuenta hasta que punto nos quieren vender el pescado.

No hay comentarios: