jueves, 7 de noviembre de 2013

La ilusión de los Erasmus

(fuente:canarias7.es )

Cualquiera que se crea que porque nuestros Erasmus han colgado numerosos vídeos en YouTube reclamando  su beca el ministro Wert ha dado un paso atrás, es un tremendo iluso. Nuestro ministro tiene tanta mala leche como para cuadrarse ante quien sea y no bajarse del burro con su idea... bueno hasta que llega Bruselas y las cientos de llamadas de los papis influyentes de esos chiquillos que se han lanzado a la aventura-vacaciones de un curso escolar en cualquier país de esta nuestra super-mega-europa.

Así se las gasta Wert, un ministro que posee un concepto de educación basado en eras pasadas y que solo le entra canguelo cuando le llaman de las altas posiciones para 'jalarle' de las orejas, esas que son capaces de ignorar cualquier grito lanzado hace apenas unas semanas con respecto a su LOMCE.

Y ha sido ahí, cuando se ha demostrado que si un Ministro quiere dar marcha atrás, se puede. Si un Ministro decide cambiar las normas del juego, puede hacerlo. Aunque lo triste es que solo lo haga con una gota minúscula que compone este mar que es la Educación.

La beca Erasmus nace como medio para incitar, aumentar y fortalecer la movilidad de los ciudadanos a la hora de buscar trabajo. Es el paso inicial y semi-disfrazado con el que se pretende fomentar "la fuga de cerebros", suena extraño pero al fin y al cabo no es sino esa su función.

Es una beca anécdota, no es fundamental para ser buen profesional, no es fundamental para conseguir un titulo pero está claro que es una experiencia que enriquece, tanto personal como profesionalmente.

Supone en muchas ocasiones el primer paso hacia la madurez de muchos de nuestros jóvenes. La primera vez que están lejos de sus familias, tan lejos, que les separa más de dos horas y media de vuelo. Y eso, siempre es emocionante y si le añadimos que suelen ir con algún que otro colega, ya nos podemos imaginar lo que eso supone: libertad.

Libertad para ser, para dejar de ser, para desdecirse de cada pensamiento, para equivocarse esa noche y volver a errar a la noche siguiente, para aprender a fugarse de clase, para iniciarse en eso de organizarse y economizar, para aprender a mentir, a disimular y salir victorioso. Para pasar hambre, para sentarse y pensar si vale la pena aprender a cocinar o tirar de Mcdonald hasta navidad. Para valorar lo que se ha dejado atrás y tomar conciencia de lo que se nos puede ofrecer. Es toda una experiencia sí, pero si no la vives tampoco pasa nada. Todo eso lo aprenderás de todas formas pero por supuesto, queda mejor en el currículum.

En el caso de Canarias el mundo Erasmus es toda una injusticia. Hagamos el viaje de ida y el de vuelta.

Un estudiante universitario de nuestra comunidad autónoma, decide marcharse durante un curso escolar a una ciudad europea para cumplir con los créditos de ese año en otra universidad, en principio de renombre (aunque esto tampoco es de vital importancia). Si elegimos un país nórdico, no crean que será como un paseo entre rosas, ya solo el cambio de clima afectará a nuestra vena canaria. Aguantamos como podemos y nos consolamos que solo es un curso escolar y seguro que pasará volando. Mientras tanto, visitas culturales al principio, excusiones por los alrededor después pero todo regado con fiestas públicas o en petit comité para soportar la soledad, la diferencia cultural y esa morriña. Eso sí, recuerden que el tabaco y el alcohol es lo más caro de la cesta de la compra.

Estudiante universitario de un país europeo, decide marcharse durante un curso escolar a nuestra comunidad canaria. Solo ver el sol más allá de las cuatro de la tarde, ya es toda una experiencia para ellos. Si a eso le añadimos la posibilidad de ir a la playa en pleno noviembre, lo amable del carácter del pueblo canario y lo barato que sale el tabaco y el alcohol... así les va, que los ves con ese tono cangrejil tan característico callejeando por nuestra ciudad, medio vestidos de verano casi en pleno invierno y chapurreando un hola, una cerveza y un gracias como si fueran del Risco de San Nicolás. Sin punto de comparación.

Está claro que salimos perdiendo!!!!

Dejando lo anecdótico atrás, no hay que olvidar lo importante, un Ministerio de Educación no puede ser liderado por un señor que no entiende que la Educación es un proyecto de futuro. Ese señor debe dimitir de forma inmediata, no solo por los hechos sino también por sus intenciones. La de acabar con una educación pública para todos.

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