jueves, 6 de septiembre de 2012

La educación prohibida (part. 3)

En esta última parte de LA EDUCACIÓN PROHIBIDA, nos enfrentamos quizás al núcleo de todo,  aunque ningún niño/joven/adolescente a aportado ni una sola palabra (que pena), al motivo por el que quizás la educción actual esta fallando.
La máxima de esta parte sería...

 SI NO HAY AMOR, NO HAY NADA

El papel del docente en esta historia es muy importante tanto como el de los padres. Pero aunque parezcan elementos poco relacionados entre sí, no es cierto pues deben partir de un concepto común para poder ejercer su papel con completa satisfacción. AMAR.

Si el educador no es feliz en su papel de maestro, si no disfruta de su labor, si cada mañana es una pequeña pesadilla... no puede educar, no porque no sepa, sino porque no lo siente, porque no lo transmite, porque no lo contagia. El docente, tal vez el considerado buen docente es aquel que además de poseer los conocimientos teóricos aún desea seguir descubriendo, tiene curiosidad y la comparte con los niños, quiere investigar con el estudiante, codo a codo. Y para ello parte del RESPETO y del AMOR. Educar desde la persona, no desde la pedagogía.

Y el sistema actual tampoco ayuda a ese efecto pues el docente no es más que un número, un tornillo más de este engranaje que es el sistema educativo. 

Por otro lado, la familia es otra entidad compleja en sí misma. Y aunque existan miles, tal vez millones de formas para formar una familia solo hay una que es válida: ofrecer AMOR de forma INCONDICIONAL. Pero no se entienda ese amor como una carencia de normas, de dar todo lo que se pida, de no oír un llanto, de no enfrentarse a las palabras de un niño. Al contrario, es eso pero devolviendo en cada instante, amor.
Los padres son los responsables de la educación de sus hijos y para criar no hace falta un título pero de nada sirve si somos padres un rato del día, un día a la semana, si delego en la escuela todo lo que debería aportar. 

Los padres deben educar en cooperación con la escuela, en esa escuela que no los deja fuera, que no cierra sus puertas para no escuchar, para no responder, para no soportar y aguantar... pero si todos ejercemos nuestro papel con felicidad, con amor, todo se hace más sencillo.

Y hasta aquí el desglose de este documental con tantas y tantas ideas, buenas ideas, con tantas y tantas palabras, buenas palabras pero que dejan en el aire otras más. 

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