Hasta que el juego acabe

(fuente: sotano-oscuro.blogspot.com)

Mes de agosto. Seguimos con el sol brillando en el cielo azul que se nos brinda hoy, el calor se cuela por las persianas de mi cocina y el eterno juego de pensar y no pensar se acentúa al ver los titulares de los periódicos nacionales y regionales al desayunar. Como no, un mes de agosto como otro cualquiera aunque con una pequeña, gran, diferencia. La crisis. Esa masa etérea, incorpórea, sin forma pero con olor, huele a miedo, y ante el miedo solo hay dos opciones: correr o esperar. 

Admito que si fuera por mi instinto haría lo primero, correría hasta que mis pulmones dijeran basta, hasta que mis piernas no soportaran el dolor, hasta que me creyera libre y en medio de la nada, entonces descubriría que sigo en la misma situación de partida: con miedo.

Por ello, y aunque me cueste, optaré por la segunda. Esperaré al mañana. Esperaré que los vientos sigan su curso y tal vez, después de la tormenta llegue la calma. Y mientras espero, seguiré aquí. 

Puede parecer un mal plan pero ese es el único que una maestra sustituta puede aspirar. Ya no importa lo que haya hecho en el pasado, ya no importa los esfuerzos realizados, ya no importa las buena intenciones, solo queda prepararse para lo peor y esperar lo mejor. Esperar con esperanza aunque con los pies en el suelo.

Todos sabemos como está la situación, todos sabemos que los recortes suman y siguen y no tengo intención, ni ganas, de publicar lo que ya todos conocemos. Así que... seguiré por aquí hasta que el juego acabe.